Rodaje ( Desorden):
A lo largo del rodaje de una película es frecuente que
se produzcan incidentes varios que obligan a cambiar los planes de trabajo.
A estos `desórdenes’ se les denomina imponderables de producción.
A veces la localización deseada puede no estar disponible
y hay que intentar encontrar un espacio de similares características,
o al menos que sea del agrado del director, la variable más frecuente
que retrasa el comienzo tiene que ver con los protagonistas.
los factores de ‘desorden’ de producción
pueden ser muy variados:
la climatología
es el principal motivo de preocupación, un día inestable en lo atmosférico
se convierte en una locura para el director de fotografía que debe
mantener el raccord de luz en toda la secuencia. Se ralentizara el ritmo previsto de rodaje y obliga a rodar primero los planos de mayor
amplitud, tanto en tamaño como en perspectiva, para posteriormente
falsear los planos cortos con iluminación artificial. La aparición
de lluvia y nieve en pocas densidades también conlleva un retraso
al tener que eliminarse entre cada toma. Únicamente una lluvia
o nevada de gran calado e ininterrumpible llevará a la suspensión
de la jornada, obligando con ello a reestructurar el plan de rodaje de
los días posteriores. Toda producción tiene
previsto un cover-set, una localización a cubierto.
problemas derivados de las propias
características del lugar se denominan incidentales:
por ejemplo,
rodar cerca de una estación de tren o un aeropuerto supone una
presencia regular de molestos ruidos que no deben aparecer en la banda
sonora. También los
habitantes del lugar pueden plantear problemas que, salvo excepciones,
se resuelven con diálogo. Sólo en casos extremos, y con
la máxima discreción, se debe recurrir al pago de dinero.
Lo lógico es que los ‘desórdenes’
en el interior del rodaje sean mínimos. Lo que no obsta ser precavidos
y que los maquinistas inspeccionen las localizaciones para que determinen
la dificultad que van a encontrar, o que la cámara sea probada
con emulsión y que sea montada y desmontada antes del inicio de
rodaje.
Postproducción:
En la
postproducción intervienen los técnicos de laboratorio y
de sala y, durante un período, el director de producción.
Sin embargo, cuando se trata de tomar decisiones finales suele ser una
labor del productor. No es infrecuente que en Europa también
intervenga el director, por el contrario en EE.UU. puede que haya finalizado
su tarea tras el último día de rodaje.
La elección de un laboratorio
concreto, y al margen del reducido número de ellos que existen
en España, suele
ser una decisión del director de fotografía. Parte de las
labores del laboratorio se solapan cronológicamente con el rodaje
para con ello poder advertir posibles errores subsanables; por ejemplo,
los decorados no se desmontan hasta haberse visionado todo lo filmado
en ellos por si es necesario realizar repeticiones. Asimismo, en el laboratorio
se realiza un revelado diario del material registrado para advertir posibles
desenfoques, ralladuras de negativo, problemas extremos de iluminación
y de cámara.
Del resultado diario se realiza una copia
del negativo del celuloide en vídeo digital; es lo que se llama
telecinado. En esa copia en vídeo va inscrita una señal
numérica (Keycode) que funciona como un código de tiempos
y facilita las labores de montaje.
El profesional que se encarga del montaje
o edición de las imágenes es el Montador, Es el encargado de ordenar los planos dotándolos de un sentido,
siguiendo las directrices del guión, siempre teniendo en cuenta
el punto de vista del productor y el director. El equipo de montaje lo completa
un Ayudante o Auxiliar de Montaje, cuya labor ha variado con la aparición
de las técnicas digitales.
A continuación se añadirán
los efectos especiales, o de truca, y el director de fotografía
realizará un proceso mediante el que se calibran
e igualan los niveles y densidades cromáticas y lumínicas
de la fotografía de la película.
En las salas de sonorización
y mezclas se crean los efectos especiales de sonido, se
realizan los posibles doblajes, se suma la música y por ultimo los Ingenieros
de Sonido realizan las mezclas de todas estas pistas conformando la banda
sonora del film.
El montaje final, aprobado por director
y productor, es enviado al llamado Cortador de Negativo que selecciona
los trozos indicados por el keycode y se los entrega a un Montador de
Negativo, que los empalma añadiéndole el rollo final de
títulos de crédito. De este negativo se obtienen otros y,
para protegerlo para el futuro, se guarda y no se le vuelve a utilizar.
Las copias estándar que vemos en los cines salen, de esas
‘segundas copias’.
Cada copia estándar tiene un coste
superior a los mil euros por lo que, según las expectativas de
mercado, se tirarán más o menos copias.
Es obligatorio depositar una copia en
la Filmoteca Española y, si se ha recibido algún tipo de
ayuda autonómica, en las filmotecas respectivas.