viernes, 3 de octubre de 2014

Cine Europeo de los años 30 y 40



Al implantarse el sonido en todo el mundo, industrias de diferentes países produjeron y abastecieron con películas que interesaban al público. El único problema en esta época fueron los temas políticos y la Segunda Guerra Mundial que afecto en el modo de hacer y abordar temas a la hora de dirigir cine.

Cine Francés: movido por el realismo desde la tradición y los ambientes populares de René Clair (1932), y el drama con dosis de fatalismo que recrean Julien Duvivier y Marcel Carné. Los directores franceses se concentraron en adaptaciones literarias y académico en las formas.

Cine Ingles: empiezan a diseñar estructuras proteccionistas. Alexander Korda, director y productor, consigue una de sus grandes películas con La vida privada de Enrique VIII (1933).
Una escuela creada por John Grierson, apoyado por el gobierno, permiten que varios directores hagan un cine informativo de gran altura contando con el apoyo de maestros como Grierson y Robert Flaherty.



Los cuarentas estaban dominados por producciones de John Artthur Rank, como por ejemplo Enrique V (1945) y Breve Encuentro (1945) de David Lean. A parte se desarrollan una gran e interesante producción de comedia social con mucha ironía.



Cine Alemán: muy activo en los treinta de la mano de Joseph von Sternberg con El Ángel azul (1930). El ascenso de los nazis proyecta en obras de singular relieve como por ejemplo El flecha Quex de Hans Steinhoff (1933).
Con las ganas y deseos de dejar atrás tiempos de traumas, nace el neorrealismo impulsado por una generación, aunque con escasos recursos, consiguen ofrecer historias de las más brillantes en el cine de postguerra. 



Italia se ve sumida en la producción de cine con marcado cariz propagandístico, no obstante, en la postguerra cobra fuerza con un movimiento neorrealista centrado en temas de la vida cotidiana y plasmados con gran realismo.

Por ultimo el cine soviético, llega a uno de sus mejores momentos con Iván el Terrible de Sergei M. Eisentein (1945). La presión política obligara a producir películas donde se da protagonismo a la figura de Stalin, este culto a la personalidad hace retroceder en la producción cinematográfica. 

 Fragmento de Iván el Terrible

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